Pues bien, con estos antecedentes y en un contexto tremendamente hostil, la derecha catalana constitucionalista afronta unas nuevas elecciones autonómicas a principios de 2021. Sin contar con ‘el efecto Illa’ en el tablero electoral, que ya se verá, las encuestas pronostican alrededor de 78 escaños para los partidos de izquierda (ERC, PSC, Comuns y CUP) y apenas 12 o 13 escaños para los partidos de centro-derecha o derecha (PP y Vox). En medio quedan los seguidores de Puigdemont, liderados por una Laura Borràs que afirma que “siempre se ha sentido de izquierdas”, y los restos del naufragio de Ciudadanos (13-14 escaños), divididos entre liberales y socialdemócratas.