Desbordar los límites que los ciudadanos nos hemos fijado en un estado democrático, o sea rebasar la ley, solo nos puede llevar al hecho antijurídico, en definitiva, a la infracción; ya sea administrativa, para hechos menos graves, o penal, para los graves, por lo tanto, volvemos a lo mismo, seguimos en el bucle, ahora con la cifra del 50% de los votos. Resulta sorprendente que ahora el Sr. Puigdemont ponga como condicionante para implementar la declaración de independencia, que pretendió imponer con el 47% de los votos, a que en las próximas elecciones superen el 50%; es decir, lo que intentó con el 47%, ahora es insuficiente, y solo si llegan al 50% implementará la declaración de independencia del 27 de octubre. ¿Perciben la barbaridad que lleva intrínseca?, luego se sorprende que, cuando él habla en el Parlamento Europeo se vacíe la sala. Imponer, ya sea mediante un tsunami, un desbordamiento, con el 47% o con el 50%, en Europa tiene un nombre y es «fascismo», que difícilmente cambia su significado cuando se le añade democrático.