Ante esta estrategia del Gobierno y sus apoyos políticos, no cabe anteponer movimientos tácticos, si no que es necesaria más que nunca una estrategia política y técnica sólida y consistente que sí tenga capacidad de parar decisiones injustas que provoquen un daño irreparable al Estado de Derecho. Conforme van a ir pasando las próximas semanas y meses, los motivos de protesta contra el Gobierno van a crecer de una manera exponencial: la gestión de la pandemia, la errática e inconsistente política sanitaria, el más que posible mal uso de los fondos europeos, la irrelevancia de España en política exterior evidenciada en la crisis con Marruecos, la escalada inflacionista de la cesta de la compra y cómo el Gobierno se dedica a echar más gasolina a ese fuego (por ejemplo, el cambio de tarifas de la electricidad), las concesiones a los nacionalismos periféricos….