Casado, en los próximos meses, debe centrarse en un rearme ideológico de la gran familia que engloba a conservadores y liberales, dando la batalla cultural y de comunicación política, creando los «think tanks» que permitan la elaboración de una ley de Concordia para superar la fractura que ha causado la Ley de Memoria Histórica, una ley para el ámbito social y familiar, desarrollar una propuesta educativa y una ley de ocupación. Al tiempo que debe mejorar la presencia del discurso centrista en las redes sociales, abrir las puertas a muchos miembros de Ciudadanos, recuperar espacios en la comunidad Valenciana y Euskadi. Sin olvidar Navarra y Baleares. Sabe que cuenta con una Andalucía empoderada en un nuevo proyecto político centrado en el impulso económico, liderado por Juanma Moreno, una Galicia con Feijóo que ha sabido eliminar el peligro del nacionalismo y del populismo y dispondrá de la gran ventana del Madrid de Ayuso, fichaje personal de Casado.