Comprendieron que el objetivo podía ser mayor, más noble, más duradero, que podía superar sus legítimas y diversas posiciones ideológicas. Podían conseguir algo ni siquiera imaginado durante una historia caracterizada por el enfrentamiento civil y el trincherismo político: un marco de convivencia suficientemente amplio para que nos permitirá vivir en libertad y sin menoscabo de nuestra dignidad, pensáramos lo que pensáramos, creyéramos en quien creyéramos , habláramos en el idioma peninsular que habláramos.