Una vez más un documento internacional ha colocado en la primera plana de la información sobre España el bajo nivel que tienen nuestros alumnos en matemáticas. Esta vez ha sido el «Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias» (TIMSS) que elabora la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo y que se refiere a los estudiantes de cuarto curso de Primaria. Sus resultados se sitúan en línea con los que difunde la OCDE en su «Informe PISA» y señalan que el rendimiento del sistema educativo es, en esta y otras materias, claramente inferior al promedio de los países evaluados, mostrando así la insuficiencia de los conocimientos adquiridos por los escolares. En España, en términos comparativos, hay pocos niños y adolescentes a los que les gusten las matemáticas y, además, son menos aún los que confían en sí mismos para manejarse en la aritmética y la geometría. Y esto hace que la elite matemática del país —la que tira de las puntuaciones hacia arriba— sea demasiado estrecha. Además, el profesorado no acompaña, principalmente porque una mayoría de maestros son de Letras y carecen de los conocimientos necesarios para enseñar esas materias, así como del interés en ellas, lo que conduce a que no sean capaces de imbuir en sus discípulos el entusiasmo que siempre hay detrás de todo aprendizaje sólido.