–Es una asignatura pendiente. Los cambios sólo se han producido en los artículos 13 y 135, por exigencia del proceso de integración europea. Si lo comparamos con otros países, éstos han hecho muchas más reformas, como Italia o Alemania. A pesar de las exigencias de mayorías parlamentarias importantes, de dos tercios y de tres quintos para reformar la Constitución, existe un problema doctrinal importante. A diferencia de Italia o Alemania, en España no se distingue bien la diferencia entre reforma y destrucción de la Constitución. La reforma siempre tiene límites. Pero en España se indica que se puede cambiar entera, utilizando el procedimiento de reforma. Y, cuando se confunde eso, se puede levantar otra Constitución. Porque puede pasar que los que queramos una reforma, no la veamos posible porque existe un riesgo de que se destruya la actual. Y que es mejor mantenerla. Lo que se ha planteado en esa posible reforma es que se incluyan cláusulas sobre la secesión que podrían destruir la unidad de España. Esa petición, del secesionismo catalán o vasco, no tendría cabida en ninguna constitución europea. El contexto actual, con el Gobierno apoyado por independentistas, no parece el más idóneo para esa reforma.