Los retos que afronta nuestro país son enormes y complejos. España necesita crear empleo estable y de calidad, lo que no se puede conseguir sin fortalecer y dinamizar el tejido empresarial. Para ello es imprescindible potenciar la investigación y la tecnología, mejorar infraestructuras y, sobre todo, promover la excelencia en nuestro sistema educativo. Nuestra administración pública debe ser un instrumento eficaz y eficiente al servicio de los ciudadanos, con la flexibilidad y la capacidad para reaccionar a los retos de una sociedad moderna y abierta. La descentralización del Estado debe acompañarse de los mecanismos de coordinación que aseguren la igualdad, la seguridad y el bienestar de todos los españoles. Nuestro sistema judicial debe recuperar su independencia, su prestigio y debe contar con los medios adecuados para la importantísima función que le corresponde.