Estamos demasiados acostumbrados a que los populistas y separatistas vayan repartiendo carnets de “fascista”. Cualquiera que ose llevarles la contraria en sus desvaríos totalitarios pasa, automáticamente, a ser tachado de “ultra”, “neonazi” o “facha”. Y les sale gratis. Ya lo tienen tan interiorizado que lo sueltan a la primera, como si estuvieran hablando del tiempo que hará mañana. El pasado miércoles, la consejera de Universidades de la Generalitat, la fanática de Junts Gemma Geis, tachó de “fascista” en una entrevista en TV3 a la Asamblea por una Escuela Bilingüe por su lucha para conseguir que los alumnos catalanes puedan pedir, y redactar, los exámenes de Selectividad en español.