Cinco millones de fascistas en Cataluña

Estamos demasiados acostumbrados a que los populistas y separatistas vayan repartiendo carnets de “fascista”. Cualquiera que ose llevarles la contraria en sus desvaríos totalitarios pasa, automáticamente, a ser tachado de “ultra”, “neonazi” o “facha”. Y les sale gratis. Ya lo tienen tan interiorizado que lo sueltan a la primera, como si estuvieran hablando del tiempo que hará mañana. El pasado miércoles, la consejera de Universidades de la Generalitat, la fanática de Junts Gemma Geis, tachó de “fascista” en una entrevista en TV3 a la Asamblea por una Escuela Bilingüe por su lucha para conseguir que los alumnos catalanes puedan pedir, y redactar, los exámenes de Selectividad en español.

Insisto, para que no crean que me he equivocado: la consejera de Universidades de la Generalitat ha llamado “fascista” a una asociación de padres y madres de estudiantes por exigir que los alumnos catalanes puedan pedir el examen de Selectividad en español. Y la susodicha política, Gemma Geis –para que no se les olvide su nombre-, se supone que sabe leer y escribir dado que es profesora universitaria y llegó a ser vicerrectora de la Universidad de Gerona. Este es el nivel que tiene la enseñanza superior en esta comunidad autónoma. Así no es de extrañar que otro compañero de Junts en Gerona, Roger Pinart, que es teniente de alcalde en el Port de la Selva, haya tachado de prostituta a la diputada de Cs en el Parlament Anna Grau. Ya ven, en la Cataluña separatista o llevas tatuada la estelada o formas parte de los cinco millones de “fascistas” y “putas” que no votan a la CUP, Junts o ERC.

Pero si usted no vive en Cataluña tampoco puede respirar aliviado. Si vota a partidos de centroderecha o derecha es usted un “nazi”. ¿O no recuerdan la pistola usada por la SS con la inscripción ‘Vox’ y ‘PP’ que ilustraba el artículo de debut de Pablo Iglesias en un digital teóricamente ‘progresista’? Ya tenemos otros diez millones de “ultras” en España. Y con la incontinencia opinadora del exvicepresidente del Gobierno – ya ha cerrado acuerdos con la Ser, RAC1, Ctxt, Ara y Gara—nos tememos que la condición de “fascista” se extenderá a todo aquel que no pida la glorificación de los presos etarras, la construcción de un monumento a Stalin en la Puerta del Sol y la independencia de los “Països Catalans”.

Todos los palmeros del ex vecino de Vallecas, que son legión en la prensa española, no tendrán más que seguir las consignas que diariamente verterá en los medios ya mencionados, más los que le ficharán en el futuro, porque tiene el perfil ideal para sustituir a Ramón Cotarelo y Beatriz Talegón como la cuota madrileño-separatista en TV3. Ya tardan Andreu Buenafuente y Jaume Roures en vender un programa a la televisión de la Generalitat con Pablo Iglesias y Pilar Rahola de presentadores y Arnaldo Otegi, Quim Torra, Sor Lucía Caram y Karmele Marchante como tertulianos. Lo podrían llamar “Canvi radical” o “Salva’m” y en cada entrega escogerían a un catalán no separatista, y tras un intenso procedimiento a base de canciones de Lluís Llach, corrientes eléctricas y setas alucinógenas, se convertiría en un probo votante separatista que departiría con los tertulianos del programa sobre su nueva felicidad y su odio a esa España intolerante y atrasada que impide el nacimiento de la maravillosa República Catalana.

Pero hasta que usted y yo, querido lector de OKDIARIO, pasemos por ese espacio de TV3 para alcanzar ese nirvana, que sepa que somos unos “fascistas”. Yo lo llevo con orgullo, porque cuando el totalitarismo te insulta, es que eres un peligro para los enemigos de la libertad. Así que espero que usted también lleve su condición de “facha” con la cabeza bien alta.

Artículo de Sergio Fidalgo publicado en Ok Diario.

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