Una sociedad secularizada y aséptica que se encomienda a héroes accidentales y que abjura de la jerarquía, de la masculinidad y de las manifestaciones creativas extremas. La gran paradoja es que los toros se perciben como un fenómeno rancio y anticuado cuando representan la transgresión y la vanguardia.
Por cuestiones de aforo rogamos confirmen sus asistencia en el email prensaclac@gmail.com