JM: SÍ. Defraudado por un lado, y agotado mi paciencia -que la tengo y mucha- Defraudado porqué no fuimos capaces de que la dirección del PSC dejase el discurso «blanqueador» del nacionalismo catalán. Bien al contrario siempre lo alimentó. Ahora con el eufemismo de las dos almas internas; después con el carácter «diferencial» de Cataluña con respecto al resto de España; a continuación con discursos para enredar a la ciudadanía con falsos espejismos, como el de «Cataluña es una nación». In crescendo con el abanderamiento del «derecho a decidir» que fracturó en dos el Partido, y acabando con que en «España hay 8 naciones» y hemos de ir hacia la vía Quebequesa o Escocesa, para hacer un referéndum sobre la continuidad de Cataluña en España. Ejemplos que recuerdo para que veamos que los máximos dirigentes de la pequeña burguesía catalana dentro del PSC, ‘els nens de Sarriá’, nunca han dejado de enredar con el «fet diferencial». Si el PSC hubiera mantenido un discurso coherente con la unidad de España, jamás habría nacido CIUDADANOS. Y cansado también, porque después de dedicarme durante 25 años a la dirección de la Escuela de Formación del PSC, me he dado cuenta que NO es reformable desde dentro. Por eso ahora hago política desde fuera. Le he dedicado 40 años de mi vida y he de reconocer que he fracasado en el intento. Me ha costado más reflexión y más disgusto personal dejar el PSC, que cualquiera de mis 3 divorcios.