Si bien fracasamos en esta misión, nuestra razón de ser no ha perdido vigencia. Justo al contrario: conforme transcurren los acontecimientos, es más necesaria que nunca la defensa del Estado de Derecho, la igualdad entre los españoles, la solidaridad entre personas y territorios; y eso implica actuar contra los movimientos que condicionan la gobernabilidad de la España actual: desde el populismo hasta el nacionalismo, pasando por el anti europeísmo o el decrecentismo.