La Generalitat, para conseguir un virreinato absoluto, en el que el Estado no pinte nada y España sea una cáscara vacía de contenido, sólo necesita doblegar a los jueces y otros organismos de control del Poder Ejecutivo. Y puede conseguirlo gracias a Pedro Sánchez, que ha desautorizado al Tribunal Supremo con los indultos a los golpistas, ha iniciado una guerra contra los jueces y está intentando acabar con la autoridad del Tribunal de Cuentas. Lo que ERC, Junts y CUP no consiguieron el 1 de octubre de 2017 y días posteriores con algaradas callejeras y ocupaciones de edificios públicos lo tienen al alcance de la mano gracias a Podemos y, sobre todo, al PSOE: la República Sanchista de Cataluña.