UGT y Comisiones Obreras hace demasiado tiempo que son, en Cataluña, los palanganeros del separatismo, los sirvientes que, a cambio de una generosa propina, le limpian los zapatos, y lo que haga falta, al señorito nacionalista que los mantiene. El próximo 18 de diciembre estos sindicatos, teóricamente ‘de clase’, van a formar parte de la manifestación supremacista que el independentismo organiza en Barcelona para defender el monolingüismo –en catalán– en las escuelas catalanas. Va a ser la segunda oleada de linchamiento público a la familia de Canet, y al resto de padres que han exigido sus derechos cívicos: poder escoger enseñanza en lengua materna para sus hijos. A UGT y CC.OO, dado que van a esta concentración de tintes totalitarios, les debe parecer bien vulnerar los derechos de los castellanohablantes.