La especie más fina son quienes condenan la agresión rusa pero se ven obligados a aportar sus matices por miedo a ser confundidos con el resto de los mortales, y especialmente con su cuñado. Entre los finolis destacan dos argumentos. El primero es de orden histórico y sostiene que Putin, faltaría más, es el único responsable de la guerra, PERO el conflicto nunca hubiera sido si Occidente, particularmente la OTAN (y más particularmente Estados Unidos), no hubiera cultivado el antagonismo de la Guerra Fría tras la fragmentación del Pacto de Varsovia, la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética. En resumen, la invasión de Ucrania es un capítulo más de un conflicto que Occidente no quiso cerrar. Y la expansión de la Alianza Atlántica ha resaltado una dicotomía militar Este-Oeste que estaba condenada a estallar, y ha estallado por Ucrania.