¿Quiere que ERC y Junts tengan pesadillas?

Si usted es un catalán de bien, de los que tiene TV3 desintonizada o en el canal 247 –tras el canal búlgaro dedicado al bricolaje-, de los que cuando ve a Pere Aragonés en un telediario cambia buscando algo más interesante como un documental con dos morsas procreando, o que cuando escucha a Lluís Llach predicar o cantar –viene a ser lo mismo– cae en un sopor de cuatro o cinco horas, tiene en quince días hasta tres oportunidades magníficas de causar pesadillas, y algún que otro retortijón, a todos esos patriotas de ERC, Junts y la CUP empecinados en amargar la vida a los catalanes no separatistas.

Los días 17, 18 y 19 de marzo se podrá visitar en Barcelona el Juan Sebastián Elcano, el buque escuela de la armada española. El 17 y el 18 de 10:00 a 18:30 h y el 19 de 10:00 a 17:00. Para poder visitarlo hay que sacar un ticket gratuito, que se puede conseguir en este enlace. Hay cupos por hora, que se van cerrando según se asignan las plazas. Que se agoten todas las entradas es la mejor manera de decirle a Pere Aragonés, Carles Puigdemont y el resto de fanáticos que les rodean que los catalanes nos sentimos orgullosos de las fuerzas armadas que nos protegen y garantizan el cumplimiento del orden constitucional.

Como aperitivo previo, el día 15 de marzo, a las 20:00, en el barcelonés Teatro Apolo se representará “Magallanes, Elcano, la primera vuelta al mundo”, la narración de una gesta española que asombró a todo el planeta. El espectáculo dura hora y media. La entrada es gratuita, sólo hay que ir un rato antes y hacer la cola, y la gente podrá entrar hasta completar el aforo. Otra buena manera de demostrar al separatismo que las hazañas de nuestro país –España, que quede claro para los de «nación de naciones»– gustan a los catalanes, así que toca llenar el teatro hasta la bandera. Y dar así un simbólico corte de mangas, la famosa butifarra catalana, a los propagandistas del régimen independentista.

Y, cómo no, la cita más multitudinaria llegará el 26 de marzo a las 19:45 en Cornellà de Llobregat, en el campo del Espanyol, el RCDE Stadium. La selección nacional, tras dieciocho años de ausencia, vuelve a Cataluña para disputar un partido, en este caso amistoso, contra Albania. Lo de menos es la importancia del encuentro, porque lo de más es meter cuarenta mil rojigualdas en el coliseo perico para que ondeen en el cielo catalán y que esa imagen provoque todo tipo de malestares físicos y psicológicos a los miembros de la banda del lazo amarillo y la estelada, que vean que Cataluña no solo es España, sino que lo va a seguir siendo durante siglos. La venta de localidades va bien, pero no basta con una gran entrada, hay que abarrotarlo hasta el palo de la bandera. Hay asientos a partir de 28,50 euros y se pueden comprar en la web de la RFEF.

Como ven, también se puede defender a España en Cataluña disfrutando. Muchas veces se ha de hacer a cara de perro, como les pasa a los valientes de S’ha Acabat! cuando la banda de la porra separatista revienta sus actos, o cuando los activistas de Escuela de Todos o AMPA Total ven como radicales independentistas les acosan cuando montan una carpa para informar a los padres sobre sus derechos lingüísticos en las escuelas catalanas. Las calles no son de los secesionistas, como presumen, y se ha de dar testimonio en todas partes, como lo hacen muchos constitucionalistas con arrojo. Pero ahora tenemos tres oportunidades, en pocos días, de hacerlo de manera lúdica, y hemos de aprovecharlas.

Artículo de Sergio Fidalgo publicado en Ok Diario

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