Biden, un nuevo liderazgo moral

Tras el desenlace disruptivo del mandato de Trump, el autor analiza los retos a los que se enfrenta Joe Biden desde la Casa Blanca, como la creciente fractura social, la pandemia y los demoledores efectos de la crisis económica

Este miércoles acabó la época Trump. La Presidencia que nos deja ha sido heterodoxa; su final, inimaginablemente disruptivo. El presidente Biden llega en medio de una crisis sanitaria mundial sin precedentes, dos millones de muertos y decenas de millones de enfermos. Una crisis que sigue extendiéndose como una mancha de aceite en todos los países, ola tras ola. Es un momento estelar para la humanidad, que recordaremos durante décadas, a la espera de vacunaciones masivas. A esta crisis le ha seguido una enorme recesión. Los poderes públicos se han visto obligados a encerrarnos. Meses de confinamiento durante los que se ha imposibilitado el consumo. Con ello se ha desplomado la demanda y destruido la oferta. Para paliar sus efectos, los bancos centrales y los Estados han utilizado todas sus armas monetarias y fiscales, ortodoxas y heterodoxas.

Hace un año nadie pensaba en crisis sanitarias, ni siquiera en crisis económicas, pese al largo período de ciclo alcista. Pero sí había otros retos, que siguen ahí. Uno de ellos es el cambio climático, del que ya poca gente duda; y otros desafíos medioambientales, como la dramática reducción de la biodiversidad y la contaminación de los mares. Otro es el temor al terrorismo global y a la proliferación de armas nucleares, cada vez más accesibles. Persisten las desigualdades sociales, que han incrementado con la pandemia. No se han reducido las migraciones masivas que acarrean crecientes dilemas morales en los países acomodados. Aumentan las disrupciones tecnológicas que amenazan el empleo y cuyo mal uso puede permitir la manipulación de poblaciones enteras. Causa y consecuencia de todo lo anterior, persiste el populismo.

Biden encontrará su país más divido que nunca. Por otra parte, el entramado institucional internacional, lo que se ha venido llamando el orden liberal internacional, diseñado por los estadounidenses tras la II Guerra Mundial, está en avanzado hacia un estado de aluminosis. La globalización ha entrado en un estadio de profunda revisión, en un mundo donde la supremacía de los países demócratas está amenazada por potencias autocráticas.

Sin embargo, el abrupto final de Trump entraña una oportunidad para unir de nuevo al país, premiar la moderación e impulsar la cooperación del mundo libre. Voces autorizadas llevan una década preguntándose si EEUU dejará pronto de ser la potencia mundial y cederá el paso a China. Y la propia jerarquía comunista se ha marcado como objetivo ser la primera potencia en 2049, coincidiendo con el centenario de la revolución comunista. En esa competencia, sin embargo, EEUU sigue teniendo grandes ventajas sobre su competidor geoestratégico. En primer lugar, su cultura es la consecuencia de emigraciones proveniente de muchos países. Eso le permite mantener una influencia cultural verdaderamente global. Por el contrario, la cultura china, rica y compleja, difícilmente irradiará jamás globalmente por su etnocentrismo. A EEUU le acompaña también su geografía. Tiene costas en el Atlántico y en el Pacífico, y eso le permite observar el mundo con mayor perspectiva. Además, en EEUU la población está creciendo; en China, decreciendo. Por último, EEUU tiene un enorme atractivo para el talento y el capital, y fomenta la meritocracia en el marco de un Estado de derecho y democracia. El sistema tiene muchas lagunas, pero sigue dando más oportunidades al mérito que otros países (permite, por ejemplo, que perfiles multiétnicos como Kamala Harris llegue a ser vicepresidenta, algo inimaginable en China).

Por supuesto, EEUU dispone de una formidable capacidad instalada, tecnológica y militar. Es verdad que en ambos campos la brecha se está reduciendo, pero todavía hay mucha diferencia. La apuesta china por la Inteligencia Artificial se ha acelerado tras la derrota en 2017 de Ke Jie, campeón chino del juego de tablero go, por el programa informático de Google, AlphaGo. Desde entonces, la inversión china en IA ha sido masiva. China también lidera, como es bien sabido, la tecnología 5G. Además su régimen político permite la toma ilimitada de datos a los ciudadanos y tiene más robots industriales instalados que ninguna otra nación del mundo. Pero EEUU sigue ganando en el número de investigadores top (5.158 frente a 977), número de starts ups, diseño de chips, fibra óptica, centros de datos, universidades… Las formidables inversiones del sector privado estadounidense superan en mucho la gran apuesta tecnológica del Gobierno chino y la caída de Jack Ma presagia un parón de la iniciativa empresarial.

En cuanto al hard power, EEUU también lleva ventaja. Dedica a defensa 750.000 millones de dólares frente a los 237.000 millones chinos. Tiene 6.185 cabezas nucleares frente a las 290 chinas. Y, aunque el crecimiento de las capacidades militares chinas es imparable, siguen estando muy lejos de la capacidad estadounidense.

China tiene casi 1.400 millones de habitantes. EEUU, 328 millones. Aún así, el PIB estadounidense es todavía un 33% superior. Aunque la economía china pueda eventualmente superar a la estadounidense, el PIB per cápita de EEUU seguirá siendo mayor (hoy hay un 600% de diferencia). En este escenario, EEUU debe sumar a todos aquellos países que se articulan alrededor de la democracia. En especial, EEUU y la UE deben bailar juntos.

Seamos conscientes: la única alternativa posible al liderazgo agregado de ambos significaría un imparable retroceso a los mejores logros de la civilización occidental y la total incapacidad de hacer frente a los grandes retos globales. Ese liderazgo no tiene que provenir solamente del miedo a un futuro indeseado, sino también de un compromiso ético, de un liderazgo moral. Un liderazgo que el presidente Biden deberá ejercer con firmeza, para unir a su país y socorrer al mundo.

Artículo de Jaime Malet publicado en El Mundo

Comparte

Share on twitter
Share on linkedin
Share on facebook