¡Menudos ejemplos! Con esas lecturas se pueden pervertir las mentes infantiles inoculándoles mil maldades, desde la explotación infantil hasta el heteropatriarcado opresor, pasando por el supremacismo, el incesto, el maltrato animal, el acoso sexual o el racismo, e incluso crímenes más abominables, como la antropofagia, el infanticidio o la no inclusión en los relatos de personajes de género no binario.