Hoy las feministas que aplaudieron una ley – la de Violencia de Género- que dejaba en suspenso la igualdad ante la Ley, y que volvieron a aplaudir (algunas un poco menos) las leyes LGTBI aprobadas en parlamentos regionales, sabiendo que ese principio de desigualdad se consagraba todavía más en esas normas. Esas, acaban de darse cuenta de que han caído en su propia trampa. Y lo que es más grave, sabiéndolo, votarán para que ese caballo de Troya que supone la Ley Trans, entre en la sociedad y destruya lo que durante décadas han construido.