El “puta España” tiene recompensa

“Tú dices ‘puta España’ muy fuerte todo el tiempo y te acabarán premiando con un aeropuerto nuevo. Extremeños y extremeñas, tomen nota, que igual así les ponen a ustedes un tren decente. Por algo se empieza, oigan”. Este comentario es de Robert Calvo, un periodista de Onda Cero Cataluña, y tiene más razón que un santo. No porque se amplíe el aeropuerto de El Prat, a fin de cuentas es una infraestructura clave para España y que sea lo mejor posible beneficia a la economía nacional en su conjunto, sino porque se hace ahora, e invirtiendo 1.700 millones de euros, para satisfacer a los partidos separatistas que sostienen al Gobierno. Y porque más pronto que tarde lo acabarán traspasando a la Generalitat.

El problema es que el Gobierno de Pedro Sánchez está troceando nuestro país cediendo al PNV y a los separatistas catalanes competencia tras competencia y regando con el dinero de todos el clientelismo que estas formaciones están implantando en el País Vasco y Cataluña. Eso sí, al menos los de Urkullu se ahorran el “puta España”, y atacan a la unidad nacional con mejores maneras que sus homólogos de ERC y Junts. La televisión autonómica vasca, que tiene un gran sesgo nacionalista, es más formal y educada que TV3, que se ha convertido en un carrusel de insultos y ofensas diarias a nuestro país. Recordemos que el principal difusor del “Puta España” en el mundo audiovisual catalán, el polémico Jair Domínguez, no presenta un espacio en los medios de la Generalitat, sino que cuenta con tres programas: uno en TV3, otro en el canal interactivo de la cadena y otro en Catalunya Ràdio. Cada “puta España” le sale por un pico extra de nómina a final de mes.

Si yo fuera extremeño, y votara al PSOE, pensaría que algo estoy haciendo mal. Mucho radicalismo verbal de Fernández Vara, mucho ser el teórico azote de los nacionalistas, para acabar tragando con los indultos, con las cesiones económicas a ERC y Junts y con el “puta España”. Mientras, la lealtad extremeña al proyecto común de todos los españoles se premia con una red ferroviaria de pena mientras la Generalitat consigue 1.700 millones para ampliar el aeropuerto de Barcelona a cambio de apoyar a Sánchez en el Congreso. Al menos Rodríguez Ibarra de vez en cuando le creaba problemas a Felipe González si las inversiones que recibía su región eran insuficientes. Vara se ha convertido en el enésimo pelota de Pedro Sánchez, sin ni siquiera recibir una palmadita en la espalda. Los antaño temidos ‘barones’ socialistas se han convertido, en el PSOE sanchista, en los típicos ‘malos’ de programa televisivo infantil. Más que miedo o respeto, dan risa.

Las comunidades autónomas, dentro de la lealtad al proyecto nacional, han de trabajar para recibir, con equidad, el mejor trato posible del Gobierno de cara a mejorar su economía y así contribuir a la buena marcha de España. Pero cuando hay gobiernos regionales desleales como el de los separatistas vascos y catalanes han de plantarse y exigir igualdad y abolir privilegios. Y el papel que están representando los presidentes autonómicos del PSOE es muy triste. No me refiero a Ximo Puig o Francina Armengol, a fin de cuentas ambos están por los “Paísos Catalans” y piensan que tras Cataluña irán ellos. Pero la actitud de los demás, con Lambán, Fernández Vara y García-Page a la cabeza, es para que sus electores les premien con unas largas vacaciones en la oposición. Y todo llegará si siguen así.

Artículo de Sergio Fidalgo publicado en Ok Diario

Comparte

Share on twitter
Share on linkedin
Share on facebook