Si yo fuera extremeño, y votara al PSOE, pensaría que algo estoy haciendo mal. Mucho radicalismo verbal de Fernández Vara, mucho ser el teórico azote de los nacionalistas, para acabar tragando con los indultos, con las cesiones económicas a ERC y Junts y con el “puta España”. Mientras, la lealtad extremeña al proyecto común de todos los españoles se premia con una red ferroviaria de pena mientras la Generalitat consigue 1.700 millones para ampliar el aeropuerto de Barcelona a cambio de apoyar a Sánchez en el Congreso. Al menos Rodríguez Ibarra de vez en cuando le creaba problemas a Felipe González si las inversiones que recibía su región eran insuficientes. Vara se ha convertido en el enésimo pelota de Pedro Sánchez, sin ni siquiera recibir una palmadita en la espalda. Los antaño temidos ‘barones’ socialistas se han convertido, en el PSOE sanchista, en los típicos ‘malos’ de programa televisivo infantil. Más que miedo o respeto, dan risa.