Ahora le toca el turno a Elda Mata, que acaba de ser escogida presidenta de Societat Civil Catalana, y que está en pleno carrusel para dar a conocer su proyecto y, sobre todo, su nuevo talante como máxima dirigente de una entidad clave dentro del constitucionalismo catalán. De entrada nos gusta la firmeza de su mensaje. En el pasado, esta asociación alternó la claridad en sus propuestas, con cierta búsqueda de una convivencia que en nuestra opinión es imposible hasta que el separatismo deje de considerar a los catalanes constitucionalistas como «enemigos», «colonos» y ciudadanos de segunda.