Iglesias, de caballo de Troya a «dinamitero» del sistema del 78

En la entrevista concedida por Pablo Iglesias a La Sexta demuestra su ignorancia, pero también su “endeblez ética”, cuando compara a Puigdemont con los exiliados republicanos. Es un ignorante al equiparar a nuestros exiliados, que inundaron de inteligencia y nostalgia, de cultura y añoranza muchos países de América, con unos señores que dieron un golpe de Estado y pusieron en jaque a nuestro sistema constitucional.

Su confusión ética le impide distinguir una democracia de una dictadura, unos personajes llenos de dignidad con un delincuente, la defensa de unas ideas en una democracia con la imposición de un ideario por encima de leyes y resoluciones judiciales. Pablo Iglesias sin darse cuenta, porque es ignorante y atrevido, confunde la legalidad franquista y la legalidad constitucional de la España actual.

Su desfachatez y su desahogo moral es evidente, porque si la condición política y moral de Puigdemont fuera equiparable mínimamente a la de los exiliados de la República, su pertenencia a un gobierno que permite un solo día esta situación sería incomprensible. Si se pueden equiparar, ¿qué hace sentado en una poltrona gubernamental? ¿Cómo se aviene a solucionar esa situación ignominiosa por la puerta de atrás? ¿Qué hace siendo cómplice de quienes han provocado tan gran injusticia?

A muchos españoles, de muy diferentes posiciones políticas, nos ofende que compare al pintoresco fugado con Prieto, Azaña, Juan Ramón Jiménez, Américo Castro, Madariaga, Machado o con tantos otros que representaban la democracia española y la dignidad universal del hombre. A quien intentó un golpe de Estado con los que lo sufrieron.

Pablo Iglesias es nuestro caballo de Troya, es el dinamitero del sistema del 78. Nos fijamos y nos indignamos con Trump, pero nos hacemos los sordos y los ciegos con personajes como Iglesias, que no conforme con pretender destruir el sistema de libertades, terminará llevándonos a la ruina. Algunos dicen que le soportan en el gobierno porque garantiza la paz social -”imagínense esta situación con Iglesias en la oposición”, dicen hombres preclaros y poderosos- porque es compatible que él insulte a los poderosos de nuestro país y éstos le apoyen, aunque sea más por miedo que por prudencia, sin darse cuenta de que probablemente no conseguirán la paz social, que conseguida así no es más que expresión de la pusilanimidad que embarga a los poderosos españoles, y terminaran arruinando al país.

Por ese miedo a la revuelta, por ese temor a Iglesias, le tenemos en el gobierno. No tiene parlamentarios, no tiene votos suficientes, para ejercer la influencia que ejerce. Sólo el miedo de una izquierda democrática que ha perdido los argumentos políticos, ideológicos y éticos ante el neocomunismo podemita y de un grupo de poderosos que piensan más en ellos que el país, permiten que esa mezcla extraña de ignorancia y amoralidad, de desfachatez e irresponsabilidad, de bravuconearía y atrevimiento, se siente en el gobierno de España.

Artículo publicado en la Newsletter del Club de Opinión «La España que Reúne»

Comparte

Share on twitter
Share on linkedin
Share on facebook