Pablo Iglesias es nuestro caballo de Troya, es el dinamitero del sistema del 78. Nos fijamos y nos indignamos con Trump, pero nos hacemos los sordos y los ciegos con personajes como Iglesias, que no conforme con pretender destruir el sistema de libertades, terminará llevándonos a la ruina. Algunos dicen que le soportan en el gobierno porque garantiza la paz social -”imagínense esta situación con Iglesias en la oposición”, dicen hombres preclaros y poderosos- porque es compatible que él insulte a los poderosos de nuestro país y éstos le apoyen, aunque sea más por miedo que por prudencia, sin darse cuenta de que probablemente no conseguirán la paz social, que conseguida así no es más que expresión de la pusilanimidad que embarga a los poderosos españoles, y terminaran arruinando al país.