Graells era, hasta hace unas semanas, concejal del PSC, y fue el que denunció el Caso consejo deportivo, un presunto caso de desviación de fondos que parecía que iba a poner en apuros a la alcaldesa, Núria Marín, pero que no ha sido así, y la Fiscalía ya está pidiendo el archivo de la causa. ERC lo ha fichado como «campeón contra la corrupción», pero los sondeos siguen consolidando una cómoda mayoría para los socialistas. Y Graells, que fue el número 6 en las listas socialistas y que lo conocen en su casa a la hora de almorzar, tiene el mismo peso entre el electorado que una lata de sardinas. Mejor dicho, la lata, aunque fuera de marca blanca, despertaría más entusiasmo en la ciudad que el recién escogido alcaldable de Esquerra. Eso sí, sus apellidos son más molones para los separatistas fetén que García i Acero. Amiguitos, ya sabéis, Esquerra no paga a ‘charnegos’. Y a Garcia lo acabarán recolocando, que en la Generalitat hace falta personal dispuesto a dar brillo a las botas de los que tienen, ellos sí, al menos cuatro apellidos catalanes.