¿Adónde va el mundo?

Se está celebrando una importantísima reunión en Madrid de la OTAN al mismo tiempo que se libra una horrible guerra en Ucrania. Evidentemente ambos sucesos están muy relacionados y son muy dependientes el uno del otro. 

La invasión rusa de Ucrania, además del horror y devastación humana y material que está produciendo en este país, está generando a la vez una ruptura tremenda en las cadenas mundiales de producción y distribución, dando lugar a un desabastecimiento muy grave de materias primas y de productos energéticos y alimentarios, que está ocasionando una muy preocupante inflación y crisis mundial que, obviamente, daña muy especialmente a los países y personas más vulnerables y desfavorecidos. 

Y ¿Cómo parecería razonable que se tratara de actuar frente a esta situación?

El más elemental sentido común humanitario y de eficacia social y económica, aconsejaría poner todos los medios diplomáticos en juego para parar la guerra de Ucrania inmediatamente.

Esto requeriría un acuerdo de paz y seguridad estable y de suficientes garantías de la OTAN, EEUU y la UE con Rusia. 

¿Es ello posible?

A estas alturas del enfrentamiento sólo saben si es posible esas cuatro entidades. 

Cualquier observador pudiera creer que tendría que ser posible ese acuerdo pues todas las partes se necesitan para intentar organizar en paz y cooperación la vida en sus sociedades. Pero hay una perversa lógica en la que parece que determinados poderes necesitan mantenerse en un clima de confrontación. 

Obviamente la OTAN no tendría mucho sentido si no existiera una amenaza, un enemigo, que justificara su existencia, papel que en estos tristes momentos cumple con todo merecimiento Rusia. Pero ésta no debería ser una situación permanente. Habría que hacer lo posible por superarla.

En este posible y deseable escenario, la cooperación militar de los miembros de la OTAN tendría también hoy en día mucho sentido para combatir la gran amenaza del mundo que constituye el terrorismo yijadista y otros graves conflictos de muy diverso signo. 

Esos mismos miembros de la OTAN tienen también hoy una necesidad imperiosa de cooperación en el ámbito social y económico para combatir la pobreza y el subdesarrollo del tercer mundo, lo que constituye realmente también una amenaza brutal para el equilibrio, bienestar y felicidad de sus propias poblaciones. 

Una vez se pudiese crear un nuevo contexto de cooperación en vez de confrontación, en ambos frentes, militar y social-económico, sería muy conveniente la cooperación de los actuales miembros de la OTAN con Rusia, China y el máximo número posible de países, lo que requeriría modificar la lógica interna y de relaciones internacionales de todos los países hacia el equilibrio mutuo, respeto de los Derechos Humanos, convivencia y cooperación. 

Una vez más, ¿Es ello posible?.

¡Muchos quisiéramos que así fuese y se diesen pasos en esa dirección, por el bien de la Humanidad!

Miguel Angel Derqui
Ingeniero industrial
Miembro de Consenso y Regeneración

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