Joan Vallvé i Creus, otro activista catalanista, era tan perseguido por Franco que en la empresa de la que era director gerente, Metales y Platerías Ribera, se acuñó durante la década de los sesenta la moneda oficial de España, la peseta, en una fábrica en Barcelona. Además, durante la dictadura fue presidente de la Asociación de Ingenieros Industriales de Cataluña y decano del Colegio Oficial de Ingenieros entre 1966 y 1975. Era cuñado de uno de los propietarios de la empresa, Andreu Ribera Rovira. Este último durante el franquismo fue presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, presidente de la Feria de Muestras, consejero del Banco de España y concejal del Ayuntamiento de Barcelona durante el mandato del alcalde Porcioles.