Díganle a los que batallan día a día con la pandemia, en cada uno de sus frentes, qué necesitarían para mejorar sus condiciones, las de los pacientes, lo que les dicta la lógica, lo que aprendieron de la primera ola, de la segunda, lo que saben de la tercera. Todo eso que, de tenerlo, les evitaría conformarse con la indignidad de algunas muertes, o desmoronarse cuando se quitan el EPI.