Por tanto, me parece mejor que el independentismo siga desgastándose con un gobierno débil y una oposición fuerte liderada por Illa que pueda presentarse con opciones de conseguir una mayoría alternativa a la independentista en las próximas autonómicas que, presumiblemente, no tardarán cuatro años en celebrarse. Para un cambio de gobierno, no basta con el PSC. Es necesario que el centro y el centro-derecha constitucionalista se recompongan después del descalabro del 14F. Serán necesarios acuerdos, altura de miras, falta de sectarismo partidista y la mayor transversalidad posible, incorporando al catalanismo no independentista, para presentar una oferta que supere los bloques identitarios. Difícil pero no imposible.