Instituciones Penitenciarias ha desplegado últimamente un programa de reeducación para los penados por delitos económicos y corrupción que, en 32 sesiones, los pone en disposición de gozar de los beneficios del tercer grado y salir de la cárcel, pues, según afirma el organismo, cuentan con las «herramientas para poder enfocar su vida en libertad con una conducta prosocial». Cualquier cosa que sea esto último, el caso es que Urdangarín ha sido uno de los primeros egresados del curso y, según parece, Francisco Correa ha solicitado ya la matrícula. Ya se ve que estos señores –y otros como ellos– son delincuentes de cuello blanco y que lo suyo siguen siendo, como señaló hace medio siglo el profesor Garrigues, «pecados veniales, delitos de caballeros». Y, claro es, a los caballeros se les puede dictar una filípica amable para que, reeducados, vuelvan a ser personas respetables.