Sobre Afganistán y otras consideraciones relativas a la paz mundial

No es necesario un conocimiento profundo de Afganistán, para percibir que con los talibanes no se ha producido ninguna normalización cívica ni mejora alguna de la convivencia social, y que la salida de EEUU y sus aliados, entre ellos España, ha sido un estrepitoso fracaso.

Las “democracias liberales” han demostrado su incapacidad para consolidar la ayuda que se produjo en la modernización de un país que vivía en la Edad Media, sometido a un fanatismo islamista retrógrado, que ha vuelto al poder, por una parte ante la incomprensible retirada pactada con los talibanes de EEUU y sus aliados, y por otra con el apoyo de Rusia, China, Pakistán e Irán, cada uno de ellos por motivaciones diferentes y complejas.

Es difícil entender algo de lo que ha pasado…

Sabiendo que el régimen talibán destrozaría los tímidos avances en derechos humanos, sobretodo para las mujeres, conseguidos en estos últimos 20 años, la Comunidad Democrática, digamos, Occidental, se ha dado por vencida y ha abandonado a su suerte al pueblo afgano, aún conociendo el riesgo de que Afganistán vuelva a ser un santuario del terrorismo islamista de todo tipo, cuando se está muy lejos de neutralizar el fanatismo terrorista islamista en Oriente Medio y Africa, por lo que la probabilidad de que se extiendan por el mundo los atentados terroristas islamistas, aumentará considerablemente.

¡Un verdadero horror!

Esta situación solo se puede resolver incorporando a Rusia y China al concierto de las “democracias liberales“, a pesar de que el régimen chino no sea democrático y el ruso sea en la actualidad una autocracia, aunque salida de elecciones, pero ambos países son de tanta relevancia e influencia internacional que es absolutamente necesario intentar mantener un entendimiento permanente con ellos para poder asegurar un cierto equilibrio mundial, que sin la concurrencia de estos países es absolutamente imposible.

Sin Rusia y China no se podrá hacer ningún planteamiento de pacificación, modernización e incorporación al consenso internacional de Afganistán, ni tampoco se podrán resolver los problemas asociados al islamismo fundamentalista de la sociedad Pakistaní, una República Parlamentaria Islámica con una democracia formal, con un ejército muy potente, poseedora de bombas atómicas y aliada de China, y de Irán, una teocracia fundamentalista islámica y a la vez una potencia militar también aliada de China.

El caso de Arabia Saudí, también una teocracia fundamentalista islámica, es una situación paralela, pues es un país con el que EEUU mantiene una alianza estratégica, económico-militar, que impide un enfrentamiento con Israel, pero que no contribuye notoriamente a la modernización del propio país.

El fanatismo islamista solo se puede parar con la modernidad… pero esto va a requerir tantos años como ha costado subordinar el catolicismo y el protestantismo a la sociedad civil.

En este contexto y antes que nada, ¡EEUU y sus aliados en Europa, Asía y el mundo entero, tienen que llegar a un acuerdo estable, de convivencia fructífera con Rusia y China!
¡No pueden ser los “enemigos perpetuos” con los que mantener una confrontación permanente…!

EEUU y los países democráticos más desarrollados y con más capacidad de influencia internacional deben actuar en cuanto a la política global, en coordinación y buena convivencia con Rusia y China, cuya influencia internacional es notoriamente importante y una muy buena relación con los países democráticos les hará inevitablemente permeables a los principios del consenso democrático, de manera que todos juntos puedan organizar el equilibrio mundial, respetando los valores democráticos y defendiendo los derechos humanos, y así, quizás, neutralizar el islamismo radical de Afganistán, Pakistán , Irán, Arabia Saudí, etc…los cuales, deben también participar en el concierto internacional, lo que contribuirá inevitablemente a su modernización.

Una cooperación y buen entendimiento asegura a la vez un control mutuo entre todos los países, lo que permitirá que los más rezagados democráticamente vayan paulatinamente evolucionando de forma natural hacia una democracia plena.

La historia no puede ir en otro sentido…

Pero se podrá aducir que hay mucho buenismo en este planteamiento y poca comprensión de los intereses económicos que mueven el mundo.

Puede que no sea fácil, pero un entendimiento y cooperación global conduce también a un equilibrio económico y el caso de la Unión Europea puede ser suficientemente elocuente en este sentido.

Se trata de extender hábilmente en el mundo los principios de la Unión Europea y la extensión inmediata debe ser a Rusia. No en vano, Moscú y San Petersburgo, por ejemplo, son dos ciudades europeas por cultura e historia.

Parece ser que Angela Merkel algo de esto entendió, además del interés por el gas ruso, claro.

Si Rusia no fuese un “enemigo permanente” sería probablemente más fácil resolver situaciones como la de Ucrania, y el conflicto actual en Kazajistán se trataría probablemente también de otra forma.

Rusia es mucho más que Putin, aunque, evidentemente, hoy todos los acuerdos tienen que pasar por él. Pues hay que ponerse a la tarea y Borrell está calificado para ello.

En el caso particular de España, después de tantos años de franquismo y de que “Rusia es culpable”, hemos olvidado que las relaciones a nivel humano entre españoles y rusos, siempre fueron fraternales, de mucho entendimiento y cercanía. A la República Española solo la ayudó en la guerra civil, Rusia, y todos los niños que allí fueron enviados así como los republicanos que se exiliaron allí después de la guerra, fueron tratados con enorme familiaridad y cordialidad. Cuando los niños volvieron lo hicieron como grandes profesionales de la ciencia, la técnica y las humanidades. Los que hemos conocido a gente que vino de allá lo podemos atestiguar.

Vaya, con estas disquisiciones lo que se quiere recordar es que entre españoles y rusos no hay malos recuerdos de convivencia y entendimiento, sino todo lo contrario, valoraciones políticas aparte.

Por otra parte, no se nos oculta que el Brexit opera en sentido contrario a lo dicho anteriormente en cuanto a las virtudes de la UE, pero es inevitable que en algún momento alguien se salga del consenso general en que se mueve y prefiera ir por libre, aunque “fuera de la Fiesta es mucho más aburrido y al aire libre hace más frío”. Ya se verá lo que tarda el Reino Unido en querer volver al consenso general de su entorno, aunque es verdad que como decía el torero, “hay gente pa to”, y conviene saber manejar esa realidad.
Y en cuanto a China, es un inmenso país en íntima relación histórica y cultural con sus vecinos democráticos de Japón, Corea del Sur e India, por poner también solo algunos ejemplos. Relación que hay que potenciar de buena vecindad y cooperación y que hay que extender al resto del mundo.

¡Pues eso, que hay que ir a la convivencia fructífera y constructiva y no a la confrontación destructiva!

¡Los conceptos de Consenso y Actitud Regeneracionista, implícita en todo lo anteriormente expuesto, tienen validez universal!

Miguel Ángel Derqui
Ingeniero Industrial
Miembro de Consenso y Regeneración

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