Fiel a su cita anual, el INE acaba de publicar su estadística de «Defunciones según la causa de muerte» en la que vuelve a destacarse una vez más que el suicidio fue, en 2020, la principal causa externa de fallecimiento, no debida a la enfermedad, entre los españoles. La cifra –3.941 decesos– aumentó con respecto al año anterior, lo que ha sido aprovechado en algunos medios para atribuir la diferencia al Covid con el beneplácito del lobby que promueve la mejora sustancial de la atención a las enfermedades mentales en España. Sin embargo, hay que decir que el mencionado dato no se aparta de la trayectoria habitual del suicidio en nuestro país y, siendo de los más elevados, resulta más reducido del que, con respecto al tamaño de la población, se registró en 2000 y 2014. Durante las dos últimas décadas la tasa de suicidio en España, una de las más bajas del mundo, fue 7,78 por cada 100.000 habitantes y el año pasado se elevó hasta 8,33.