Sin embargo, también hubo días en que la sociedad civil llenó las calles de banderas de España y de Cataluña y negó, con sus actos, que esas calles fuesen sólo de quienes las queman. De ese impulso llegaron los votos en 2017. Votos que, aunque no fueron suficientes, tuvieron un valor simbólico que fue un tremendo error desaprovechar.