Las investigaciones del profesor Werner Troesken, de la universidad de Pittsburgh, han puesto de relieve que las instituciones que promueven la actividad económica por medio del libre mercado y la limitación de la intervención pública, conforman también así su enfoque en materia de salud pública. Un claro ejemplo de ello lo podemos encontrar en las soluciones de la cogobernanza que se han registrado en España recientemente. A nadie se le oculta que, en este asunto, han competido dos modelos básicos: uno intervencionista y constrictor de la actividad económica –bien visto por el gobierno de Sánchez, la izquierda, los nacionalistas y algunos dirigentes de la derecha– y otro permisivo con esta última bajo la inspiración del principio de libertad –del que ha sido principal promotora Isabel Díaz Ayuso en Madrid–. Los resultados madrileños se ubican, desde el punto de vista epidémico, sin ostentar el liderazgo, entre los más eficaces del país; y desde la perspectiva económica, destacan sobre los de las demás regiones. Es con este bagaje con el que la dirigente del PP se presenta a los comicios de la semana próxima.