El rector de la ‘kale borroka’

En Cataluña hay un campus, el de la Universidad Autónoma de Barcelona, que es lo más parecido a un campo de entrenamiento para bandas de la porra. Es un campus en el que se agrede impunemente a los estudiantes que son miembros de asociaciones constitucionalistas, en el que se acosa moralmente a profesores no separatistas, en el que se vandalizan los actos que organizan entidades que defienden la buena convivencia entre los españoles y en el que se queman banderas de España sin que pase nada.

Es el mismo campus en el que, desde hace décadas, un puñado de totalitarios separatistas se ha adueñado de las facultades, e impone su ley, la del “conmigo o contra mí”. Hemos visto en los últimos años como colectivos como las juventudes de Societat Civil Catalana o S’ha Acabat! no podían poner una carpa para repartir folletos sin que un grupo de encapuchados actuaran violentamente para impedir su labor informativa. Son la mafia que decide quién puede, y quién no, actuar en el campus. Por supuesto, con la complicidad de los sucesivos equipos rectorales que siempre han mirado hacia otro lado.

El separatismo, ante la constatación de la derrota de su golpe de Estado, está utilizando el espantajo de “España quiere acabar con la lengua catalana” para intentar mantener prietas sus filas. De ahí la escalada verbal contra la sentencia del Supremo que garantiza un mísero 25% de docencia en español en las escuelas catalanas. Y en las últimas semanas se han sucedido las movilizaciones para “defender” al catalán de una “agresión” inexistente, pero que le sirve para alimentar a su máquina propagandística, siempre necesitada de consignas y lemas para adocenar a sus centenares de miles de adeptos.

Esta nueva campaña ha llevado a un incremento de la acción de los violentos en el campus de la UAB. Hace unas semanas fueron agredidos, de nuevo, diversos miembros de S’ha Acabat!, se pintó una estelada gigante para preparar la manifestación en “defensa” del catalán del 23 de marzo y se quemaron banderas de España y de Francia, los dos Estados que según estos iluminados quieren “acabar” con la lengua catalana. Por supuesto, con el equipo rectoral mirando hacia otro lado, o mejor dicho, con la complicidad más absoluta, porque este miércoles entendimos muchas cosas.

En la manifestación del miércoles en “defensa” de la lengua catalana, organizada y apoyada por los sindicatos y entidades del separatismo más radical –como el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans o Arran- estaba Javier Lafuente, rector de la Universidad Autónoma de Barcelona. Y no acudió de incógnito, lo hizo en representación de su cargo, ya que las redes sociales oficiales de la institución dejaron claro que “el rector de la UAB se manifiesta en defensa de la lengua catalana y contra la regresión que sufre en la docencia”. ¿Cómo va Lafuente a perseguir a los que queman banderas, pintan esteladas o agreden a estudiantes constitucionalistas si luego se manifiesta junto a ellos?

Esta es la desgracia que tiene Cataluña, que cuenta con rectores que apoyan a los de la kale borroka. En estas manos está la educación superior de nuestros hijos. Una universidad que antaño fue prestigiosa, poco a poco, y de la mano de la intolerancia ideológica del separatismo y de sus compañeros de viaje, va hundiéndose en el lodo. El independentismo no permite la discrepancia ni el debate, que son los dos elementos fundamentales de cualquier centro académico que se precie.

Artículo de Sergio Fidalgo publicado en Ok Diario.

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