El autor nos explica todos los tics autoritarios del nacionalismo, y como se dedica a una «formación del espíritu nacional» non-stop, las veinticuatro horas del día, 365 días al año. Porque son persistentes y como creen que la razón, y el poder, están de su parte, no dudan en aplicar un raca-raca muy eficaz que cala como la lluvia fina.