La contratación pública de suministros por vía de emergencia, como la practicada por las administraciones con ocasión de la epidemia de Covid, ha estado lastrada por algunas rémoras, tal como han mostrado los informes de supervisión realizados por la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación y por el Tribunal de Cuentas. Este último, más reciente que el anterior, aclara que los «organismos fiscalizados actuaron dentro del marco legal» y en ningún momento califica tales rémoras de irregularidades. Los aspectos a los que se refiere aluden a la comprobación de la capacidad contractual de los adjudicatarios, su solvencia económica y técnica, y su experiencia previa; también a la ausencia de concurrencia en los suministros. A ello, la oficina mencionada añade, sobre todo, problemas relativos a la transparencia –pues en un 27% de los contratos no se publicó la información requerida– y a la vinculación específica del contrato con la emergencia sanitaria.