Los ‘juegos del hambre’ de Ada Colau

La teóricamente muy progresista y alternativa Ada Colau ha conseguido su gran objetivo: ha destruido la capitalista Barcelona y ha convertido lo que antaño era una ciudad próspera, culta y admirada en el extranjero en un escenario digno de los ‘juegos del hambre’. Si en los próximos años Hollywood quisiera rodar un remake, no hará falta que monte ningún gran escenario a base de tramoya, o que lo recree de manera virtual. Bastará con que traslade al equipo de rodaje y a los actores a la Barceloneta, a la plaza de Cataluña o al Raval para disfrutar de las mejores localizaciones posibles para filmar una distopía. Los comercios con las persianas bajadas, la porquería por doquier, los navajazos y robos en las calles y el incivismo como modelo de conducta serían el marco perfecto para esta saga apocalíptica. Por cierto, una sugerencia para el productor de ‘Los juegos del hambre. Barcelona edition’: Jaume Asens y Gerardo Pisarello serían perfectos como dos malos malísimos. Lo bordarían.

Ada Colau ha empobrecido Barcelona en todos los aspectos. Es una ciudad llena de basura y cada vez más desagradable, en la que los patinetes y bicicletas circulan por donde les da la gana, con un gran riesgo para los peatones, sin que nadie se lo impida. Los delincuentes campan a sus anchas, actuando con gran violencia, mientras la Guardia Urbana, corta de efectivos y de recursos y sin ningún tipo de apoyo político por parte de la alcaldesa, se ve cada día más impotente para afrontar la crisis de seguridad permanente en la que vive la capital catalana. Y la administración municipal es puro sectarismo, tras ser ocupada por los familiares y amigos de la alcaldesa y su camarilla que se reparten unos inmensos sueldos que les permiten darse la gran vida mientras a sus súbditos – antaño ciudadanos – les recomiendan ir en bicicleta, malvender sus coches, no viajar en avión y usar un metro cada vez más abarrotado y sucio.

Los botellones se multiplican porque el ambiente del “todo vale” se ha instalado en la ciudad. Con una alcaldesa que presume de no cumplir las leyes que ella considera que son “injustas” es normal que así sea. ¿No es natural que un joven encuentre “injusto” que no le dejen divertirse? Por eso muchos chavales siguen el ejemplo de Ada Colau y obedecen las normas que les da la gana. Es lo que han sembrado los “comunes” y los frutos que los socialistas, los socios que deberían haber puesto orden en el gobierno municipal y no lo han hecho, van a recoger. Porque los logros del “colaulismo” se van a repartir también entre sus compañeros de viaje, y Jaume Collboni, el jefe de filas del PSC en el Ayuntamiento, va a recibir el bofetón que muchos votantes le quieren dar a Colau. Que, por cierto, ya está preparando su salida, porque tiene claro que los comicios los va a perder otro, que ella es una líder de talla mundial que no puede recibir humillaciones electorales de unos vecinos hartos de que la ciudad se haya convertido en un estercolero.

Ada Colau, Janet Sanz y Jordi Martí es el tridente destructor de la antaño envidiada Barcelona. Con ‘Nerón’ Collboni tocando la lira mientras la ciudad arde. Comunes y socialistas se lo están poniendo a huevo para que Esquerra Republicana herede la alcaldía. Con una oposición constitucionalista debilitada y dividida y un equipo de gobierno ineficaz ante el caos que invade la ciudad, los de Junqueras lo tienen al alcance de la mano. Salvo que la Resistencia al separatismo se dé cuenta de una vez que ha de unir fuerzas para evitar que Barcelona pase de ser los ‘juegos del hambre’ de Colau a la ‘marcha sobre Roma’ que prepara ERC.

Artículo de Sergio Fidalgo publicado en Ok Diario

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