Si en esos países, si en Ucrania han reaccionado es porque tienen viva la memoria de que la libertad, como la paz, tiene un precio y que tarde o temprano se tiene que pagar. Por eso los ucranianos no han dudado en tomar las armas en lugar de seguir el primer impulso de salir huyendo o de dejar la defensa de su país en manos sólo del ejército profesional, como si la protección de su patria y de su libertad no les concerniese. Sabiendo además que su guerra no es una serie de Netflix de las que no hace tanto seguían y, sobre todo, que los muertos, además de ser suyos, son de verdad.