A Joseba Arregi le conocía por su participación en el ya citado ciclo de cine en Barcelona. Me quedé impresionado por sus profundas convicciones en defensa de los valores constitucionales y de la convivencia entre todos los españoles, así como por su apoyo incondicional a las víctimas del terrorismo. En marzo de 2016 le invitamos a presentar en Pamplona su libro “El terror de ETA” donde nos dio una magnífica lección. Su parlamento en el homenaje a José Luis López de Lacalle en el decimoquinto aniversario de su asesinato en Andoain, donde nació Arregi, es una pieza extraordinaria que merece ser recordada. Fue un placer entregarle el XXII Premio a la Tolerancia, y recuerdo como insistía en que, frente al intento de olvido, debíamos denunciar sin tregua a los asesinos y a los que colaboraron con ellos por lo que habían hecho hasta que se arrepintieran. Literalmente sugería que debíamos “meterles el dedo en el ojo y recordárselo”. Por desgracia muchos aún no se han arrepentido, pero parece que eso no ha sido obstáculo para ser socios preferentes de nuestro gobierno foral.