Si seguimos desgranando la estrategia sanchista para Cataluña, vemos que solo hay una lógica: la cesión continua a cambio de paz social. Claro está que, cuando Junqueras relee esta ecuación, sabe que ofrece paz social a cambio de tiempo. Tiempo imprescindible para recomponer filas, para reactivar el relato victimista, para profundizar en su telaraña internacional, para establecer auténticas «estructuras de Estado» (principalmente digitales). Es un juego muy peligroso el activado por nuestro Gobierno, cedes todo y solo consigues rédito parlamentario y, tangencialmente, rédito electoral en Cataluña. Tengo la sensación de que los republicanos han aprendido algo muy peligroso como es la paciencia estratégica, y la historia ha demostrado que en un juego en el que uno de los actores tiene paciencia estratégica y el otro solo activa estrategias cortoplacistas, el segundo siempre pierde.