Sobre el mensaje de Navidad del Jefe del Estado

Hay intervenciones públicas que tienden al entendimiento, al encuentro, a la búsqueda de la convivencia armoniosa, y otras que pretenden exactamente lo contrario. 

Las primeras buscan la paz y el bienestar colectivos, tienen un espíritu benéfico. Las segundas son simplemente tóxicas. 

El mensaje de Navidad del Jefe del Estado se enmarca claramente en las primeras, como así afortunadamente han reconocido grupos políticos y sociales de tanta significación en España como PSOE y PP, al que se ha sumado abiertamente Ciudadanos y también VOX, aunque en este caso con algunos inquietantes tono matices que le son propios. 

Ha habido por otra parte comentarios de grupos relevantes al mensaje del Jefe del Estado, cargados de toxicidad. 

Merece la pena subrayar los comentarios de los grupos secesionistas.

Estos podrían buscar su separación de España de una forma elegante y respetuosa con la propia España y los españoles. Ellos no se sienten ni quieren ser españoles y tienen todo el derecho a ello, pero no a costa del desprecio y odio expreso a todo lo español, que ellos pueden sentirlo pero que los demás no tenemos porqué soportarlo un día tras otro. 

Esto hay que solucionarlo de una vez por todas. 

Si los secesionistas no quieren nada con el resto de españoles ni con España como nación, no tiene ningún sentido que estén presentes y participen en las instituciones del Estado. Deberían limitar su presencia a las Comunidades y Regiones en donde muy lamentablemente tienen representación pública. 

Digo muy lamentablemente porque en esas Comunidades y Regiones pueden hacer la vida imposible a sus conciudadanos que son y se sienten españoles. 

El Estado sí que debe intervenir en esas Comunidades y Regiones obligando a que se cumpla la Constitución y las Leyes españolas, de tal forma que los secesionistas desarrollen sus tesis en esos lugares en el marco de la Constitución y las Leyes españolas. 

Si en este marco constitucional los ciudadanos de esos lugares votan mayoritariamente a los secesionistas, tienen ellos un problema y lo tenemos en el resto de España que tiene lazos afectivos, culturales y de todo orden en esos lugares, pero sí ordenadamente y siguiendo la Constitución y la Ley, la inmensa mayoría de los ciudadanos de esas zonas deciden separarse de España, no sé cómo se puede evitar democráticamente eso. 

Si no hay una voluntad colectiva de convivencia con el resto de España, no se puede imponer a la fuerza y solo cabe un divorcio pactado. 

Pero mientras tanto los secesionistas no deberían estar en las instituciones españolas, que ellos clara y expresamente quieren destruir.

Miguel Ángel Derqui

Ingeniero Industrial 

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