Vall Clara argumenta que «ya que hemos tardado tanto, hagámoslo bien» y defiende el «una persona, un voto, y de verdad». Con «circunscripción única» y «votos emitidos válidos divididos por los diputados que se han de escoger y dividir lo que ha sacado cada partido por lo que cuesta un diputado«. Y añade que «sin leyes de d’Hondt, porcentajes mínimos, ni circunscripciones».